Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años.
Abraham Lincoln
Todos y todas tenemos una historia de lo importante.
¿Cuáles son las situaciones de tu vida que más te han permitido aprender?
La respuesta a esta pregunta nos permite escribir una historia de “lo importante”.
Si elegimos dos o tres experiencias que hayamos tenido, y que consideramos que nos han proporcionado aprendizaje valioso en nuestra vida, ya tenemos el posible guión de NUESTRA historia de lo importante.
Si de ellas, elejimos una experiencia, una historia que hayamos vivido, la que consideremos más valiosa, más enriquecedora, por el aprendizaje que nos supuso tendríamos, LA HISTORIA DE LO IMPORTANTE.
Si unimos nuestras historias 2de lo importante”, construimos la memoria colectiva de lo importante… Tal vez cada familia tenga la suya, o acaso cada grupo de amigos, cada barrio, cada pueblo, cada país…
En la Antigua Grecia, los aedos eran los depositarios de la memoria colectiva y tenían una situación priviligiada . Luego se les llamó bardos, trovadores, juglares o cuentacuentos. Eran y son difusores de historias y leyendas “de lo importante”.
La profesión se transmitía de padres a hijos y su tarea consistía en encandilar con la palabra, viviendo las historias con los cinco sentidos: tocándolas, viéndolas, oliéndolas, oyéndolas y probándolas. Hoy los que somos profesionales de la PNL, ponemos palabras técnicas a contar las historias así.
Los aedos ejercían su oficio en los banquetes de Grecia, el más típico se llamaba simposium.
Tal vez, los formadores y facilitadores del crecimiento humano tan sólo somos aedos contemporáneos.
Os dejo una bella canción de mi admirado Martínez Ares, cantando a lo que para él es importante…